
Estos fueron los arreboles que acompañaron el amanecer de un martes de mayo. Los naranjas y sus matices además de anunciar el imponente sol que estaba por salir, eran un reflejo de los colores del alma… no sé, al menos la mía se sentía ese día así.
Este es un espacio donde se plasman las multiples miradas que se pueden tener sobre la ciudad, es un espacio que recrea el mundo de la vida de los seres que diariamente transitan, habitan y llenan de sentidos la ciudad